Ni el fin de la historia ni el fin de la filosofía. El ser y
el aparecer.
No hay ni habrá fin de la historia, porque nunca dejarán de
existir los procedimientos de verdad/fidelidad que la filosofía
propone o ve en cada momento como composibles, "articulables".
Estos procedimientos -dice Badiou- no son otros que la
ciencia, el arte, la política y el amor (siempre que se pueda decir que
existan de una manera no desvirtuada, de forma no coaccionada,
"verdadera").
Sólo en una sociedad plenamente totalitaria podrían dejar de
existir todos ellos o cualquier otro que podamos si acaso inventar,
nombrar, a lo largo del tiempo.
La filosofía además se limita a hacer composibles, si existen,
tales procedimientos creadores de mundo y que son en cierto
modo acontecimientales.
La filosofía sería entonces la teoría del acontecimiento.
Ese matiz acontecimiental es lo compartido por todas esas actividades
y, mientras haya civilización, habrá siempre personas que
aparenten estar hablando por hablar pero que sin embargo están
haciendo no otra cosa que filosofía.
En esos procedimientos de fidelidad, los acontecimientos se
encargan de reestructurar las respectivas enciclopedias: las
revoluciones políticas -lentas o rápidas- cambian el sentido de las
palabras; las revoluciones científicas -por ejemplo en matemáticas-
reestructuran amplificando enormemente el campo de estudio; en arte el
surgimiento de uno o varios artistas determinados hace que haya un
antes y un después en cuanto a la plasmación futura
de cualquier obra de ese determinado arte; en el amor, nuestra
particular enciclopedia
apolítica puede quedar trastocada por una conexión impredecible con
otra persona.
La mayor parte de lo que llamamos filosofía retrocede
ante esta realidad: la filosofía como teoría del acontecimiento.
Por ejemplo, en los centros de enseñanza está claro que por lo general
nadie pretende poner en marcha ni la capacidad de crear, o de
investigar, ni la de cambiar el mundo "igualitariamente" o la de amar;
y mucho menos la de recombinar o pensar el lugar de cada una de
tales actividades en el mundo.
Por otra parte las apasionantes y misteriosas conexiones entre
matemáticas inventadas y teorías físicas más o menos experimentadas
(de "experimento") -llevadas a límites insospechados en el siglo XX-
hacen que no sintamos ya ninguna extrañeza cuando Badiou afirma que las
matemáticas son la ciencia del ser, la ontología.
Ahora con mayor facilidad, los filósofos pueden considerar
seriamente esta afirmación -y lo hacen- para crear libremente en su ciencia,
en la teoría del acontecimiento. En ello pueden además ayudarse
de la letra matemática en la medida que quieran y puedan, sin
complejos -como ya se viene haciendo- demostrando así que se pueden
usar las matemáticas y otras ciencias, y que se puede hablar
infinitamente del ser-matemático, como demuestra Badiou. Esto además
sirve para comprender, enseñar y usar mejor las propias ciencias, y con
ello comprender mejor el mundo y no dejarlo meramente en manos de Los
Expertos.
Como digo, esto lo ha demostrado -haciéndolo- Alain Badiou en su "El
ser y el acontecimiento" con la ya vieja teoría fundamental de conjuntos.
Él habla de correlatos ontológicos, de que toda la matemática, como ciencia
del ser que es, tiene correlatos ontológicos. Fuera de
reducir a mero cálculo o técnica el pensamiento matemático, este tiene
la capacidad de provocar la creación de conceptos -por así decirlo- muy
palpables.
Badiou parece ser que lleva años trabajando en la segunda
parte de este su "libro fundamental". Se va a llamar, según dice, "El
ser y el aparecer". Se basará ahora en esta nueva teoría fundamental en
matemáticas de la que hablamos, que surge a mediados de los años 40 del
siglo pasado, la
Teoría de las Categorías, más tarde enriquecida con la de los Topos
-"Topoi" o "Toposes", etc.
Este título: "el ser y el aparecer", es así debido a que el
lugar de la lógica en las matemáticas ha sido clarificado con
estos nuevos fundamentos. Ahora la lógica tiene una presentación
puramente matemática, con lo que además Badiou ayuda a contrarrestar lo
que de contraproducente sigue teniendo el "giro lingüístico" en
filosofía.
La "dimensión lógica" en una categoría matemática -por ejemplo
los conjuntos finitos, que son una categoría muy sencilla pero que
sirve para ilustrar los potentes y generales conceptos categoriales-
empieza a despuntar cuando empezamos a ver las cosas de modo externo,
"nublando la vista", considerando solamente relaciones y objetos en una
visión que podemos llamar puramente categorial.
Una categoría
es un universo de discurso matemático donde sólo se tienen en
cuenta los objetos y las flechas, no su ser interno; a modo de un
"grafo" pero con algún matiz que universaliza este otro concepto -de
hecho los grafos son otra categoría: por ejemplo un conjunto de tres
elementos, considerado categorialmente, es un punto, un
"objeto" en esa categoría de los conjuntos finitos, y sobre él no nos
interesamos por lo que tenga dentro, sino por todas las
relaciones que tiene con el resto de compañeros de universo,
con todos los otros conjuntos finitos. Su ser categorial,
su "aparecer" -que atañe a la dimensión lógica- está entonces en cierto
modo compuesto por las infinitas relaciones/flechas que parten
de él o llegan hacia él con respecto al resto de objetos
-flechas/relaciones que tienen a su vez determinada su cantidad y su
posible estructura por ese otro ser interno de los objetos, por
ser un 3, un conjunto de tres elementos, en esta categoría
sin cohesión interna: por ejemplo las flechas que
parten/llegan hacia/desde el 1, o hacia/desde el 199324, y así con
todos los demás objetos en esta nueva especie de espacio subjetivo.).
De ahí el título "el ser y el aparecer" y de ahí que estemos
realmente inquietos no sólo por querer trabajar y usar estos conceptos,
sino también porque Badiou publique de una vez su libro -a poder ser en
copyleft*-
sobre esos correlatos ontológicos que se basan esta vez en esta
nueva y clarificadora teoría fundamental de la matemática.
*Me temo que es difícil, pero a ver si hay suerte y al menos
inicia una "editorial copyleft",
aunque dependiendo como depende tanto este hombre de las universidades
que le darán de comer será difícil. No sé qué pasa con "los clásicos" y
a
veces con los no tan clásicos. Si alguien que lea esto es su amig@, por
favor, ¡que le insista en ello, entre otras cosas!
(Recuerda que en la página principal tenemos más textos y
recomendaciones para irse aclarando, ya que si has leído esta
exposición verás que es demasiado breve. Si tienes cierta formación o
necesidad de en cierto
modo dar rienda suelta a algo de interdisciplinariedad, por favor,
contacta por ejemplo
con un administrador, por ejemplo a partir de este
enlace, que es una lista de correo)
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